Según Bodart, el funcionario considera los despidos como “una idea, casi una sensación”. “Debería vivir un despido en carne propia. Junto a la burocracia sindical y el empresariado, Tomada pretende que la crisis la paguen los trabajadores” dijo.
“Hacen falta medidas concretas para preservar los puestos de trabajo, empezando por prohibir por ley los despidos y suspensiones”, continuó.
“Si toda empresa que cierre o despida fuera nacionalizada con control obrero, no se animarían a dejar a un solo trabajador en la calle”, finalizó.
Redacción Sesionar
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