El proyecto fue acompañado por los Senadores: Laura Rodríguez Machado; Silvia Elías de Pérez; Eduardo Costa; Víctor Zimmermann; Pamela Verasay; Mario Fiad; Stella Maris Olalla y María Belén Tapia.
“Millones de argentinos se han volcado a los micro y medianos emprendimientos a través de las plataformas que ofrece Internet como un modo de adaptación para sobrevivir y no perder o generar fuentes de ingresos. Mueven el consumo y ayudan a que la economía no se detenga por completo”, dijo Blanco
“Estos emprendedores no tienen banderías políticas ni los anima otro objetivo que el de generar su sustento y mantener vivo el intercambio económico tan necesario para el país. Confinados por políticas restrictivas que en principio eran aceptables pero que hoy ya son absolutamente dañinas tanto en términos económicos como psicológicos, estos emprendedores usan como escaparate a las plataformas para exhibir sus productos y tomar contacto con sus potenciales clientes”.
“Mientras hacen semejante esfuerzo y pasan por tal situación al Gobierno Nacional no se le ocurre mejor idea que implementar a través de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) un régimen de percepciones gravando con el 35 por ciento las operaciones alcanzadas por el impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (P.A.I.S), agregando un costo extra para los servicios digitales”, agregó
Según el senador a la lista de negocios ya desaparecidos se podrían incorporar en los próximos meses una gran cantidad de emprendedores que aún subsisten. “En la actualidad sus energías no están orientadas a crecer y a fortalecerse como sería deseable sino que, desde la llegada de la pandemia y la cuarentena excesiva, se han dedicado incansablemente a modificar su esquema de ventas hacia los servicios digitales para poder sobrevivir”.
“Este proyecto busca modificar por un plazo razonable de tiempo la aplicación de impuestos que influyen directamente sobre la estructura de costos de estos emprendimientos que los han vuelto menos competitivos amenazándolos prácticamente con su extinción”, detalló.
“Los emprendedores no cuentan con grandes estructuras, ni poseen la capacidad económica de las medianas y grandes empresas para realizar publicidades en radios, televisión o en la vía pública, mucho menos abrir locales de venta al público en lugares estratégicos de venta (más allá de que, seguramente, muchos de ellos contarán con locales que no pueden abrir teniendo que sostener este gravoso costo ocioso)”.
“Por ello el suministro y alojamiento de sitios informáticos y páginas web, la publicidad en redes sociales, los servicios de software, la administración de sistemas y soporte técnico entre otras, son herramientas fundamentales, y aún más en tiempos de cuarentena y aislamiento social. Podríamos decir que son prácticamente la única manera que tienen de publicitar y comercializar sus productos”, concluyó.
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